jueves, 15 de octubre de 2009

SOBRE LA MATERIA DE LAS EMOCIONES


Son Juliette Binoche y Daniel Day-Lewis en la película "La insoportable levedad del ser" de Philipp Kauffman (1988). Esta película es una adaptación de la novela homónima de Milan Kundera, publicada en 1984. A muchos de mi generación este libro (o esta película, no recuerdo qué fue primero en mi caso), nos marcó como 'posmodernos'. Para reflexionar sobre las emociones y su relación con la corporalidad (un tema amplísimo), os propongo un fragmento del libro, y un framento de la película.

"Teresa [Juliette Binoche en el fotograma] nació por lo tanto de una situación que desvela brutalmente la irreconciliable dualidad del cuerpo y el alma, de la experiencia humana esencial. Hace mucho tiempo, el hombre oía extrañado el sonido de un golpeteo regular dentro de su pecho y no tenía ni idea de su origen. No podía identificarse con algo tan extraño y desconocido como era el cuerpo. El cuerpo era una jaula y dentro de ella había algo que miraba, escuchaba, temía, pensaba y se extrañaba; ese algo, ese resto que quedaba al sustraerle el cuerpo, eso era el alma. Hoy, por supuesto, el cuerpo no es desconocido: sabemos que lo que golpea dentro del pecho es el corazón y que la nariz es la terminación de una manguera que sobresale del cuerpo para llevar oxígeno a los pulmones. La cara no es más que una especie de tablero de instrumentos en el que desembocan todos los mecanismos del cuerpo: la digestión, la vista, la audición, la respiración, el pensamiento. Desde que sabemos denominar todas sus partes, el cuerpo desasosiega menos al hombre. Ahora también sabemos que el alma no es más que la actividad de la materia gris del cerebro. La dualidad entre el cuerpo y el alma ha quedado velada por los términos científicos y podemos reírnos alegremente de ella como de un prejuicio pasado de moda. Pero basta que el hombre se enamore como un loco y tenga que oír al mismo tiempo el sonidode sus tripas. La unidad del cuerpo y el alma, esa ilusión lírica de la era científica, se disipa repentinamente."

(Podéis leer el libro entero en http://mirosadelosvientos.files.wordpress.com/2008/06/milan-kundera-la-insoportable-levedad-del-ser.pdf).


El fragmento de la película es éste: http://www.youtube.com/watch?v=E3g2uqgNf0U

martes, 6 de octubre de 2009

ABRE LOS OJOS



Este miércoles día 8 de octubre comienza la participación de las Áreas de Filosofía y Filosofía Moral en el Forum Filmoteca de la Filmoteca de Andalucía (http://www.filmotecadeandalucia.com/). Agradecemos sinceramente a la Filmoteca la oportunidad que de nuevo nos brinda.
En el caso de las alumnas de Historia del Pensamiento Anglosajón, dado que la película coincide con el horario de clase (comienza a las 19:00), la asistencia es obligatoria. En el caso de los alumnos de Filosofía es recomendable. Tras la película programada en esta ocasión, Abre los ojos, de Alejandro Amenábar, podremos comentarla entre todos. Sois bienvenidos. A continuación os adjunto una extracto de la hoja de sala redactada por mi colega Pedro Mantas.


"En la cinta de Amenábar, y tras la confusión que genera su estructura en flash-back, una primera lectura nos hace sentir que estamos ante un clásico de la intriga, incluido el también clásico recurso a la historia amorosa. Pero, una vez superada la confusión inicial, la película va a ir tomando cuerpo como una indiscutible reflexión en torno al problema de la realidad. Si toda nuestra vida cambiara en un instante ¿qué haríamos?, ¿cómo distinguir los sueños de la realidad?, ¿sueño o realidad?
Es en este contexto de cuestiones a cerca de la distinción “realidad-apariencia” donde se encuadra nuestro mayor interés por el film de Amenábar. No quiere esto decir que no valoremos su factura y estructura cinematográfica, que nos parece extraordinaria. Solemos recurrir a esta película cuando deseamos ilustrar no ya la citada distinción “realidad-apariencia” sino, más concretamente, el ejercicio metodológico de raíz cartesiana que se ensaya con el guión de Alejandro Amenábar y Mateo Gil. Muchos alumnos y profesores de filosofía suelen ilustrar este mismo problema con otra película de visionado complejo pero de realización y guion igualmente interesantes, a saber, Matrix (Wachowski Bros., 1999). Creo, no obstante, que Abre los ojos profundiza con más fidelidad en el clásico de la relación “sueño-realidad”, hasta el punto de manifestarse como una espléndida síntesis que conjuga no ya el espíritu del texto de Descartes, sino el de grandes textos de la literatura como el clásico de Calderón o La tempestad de Shakespeare, por poner dos ejemplos tan sugerentes como bien conocidos".

Pedro Mantas España
(Área de Filosofía - Universidad de Córdoba)