jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Manifestarse o protestar?


La revista "Time" no ha nombrado "personaje del año" a nadie concreto sino al manifestante. Pero dicho en inglés, como podéis ver en la revista, hay algunas diferencias. Por un lado se trata de la "persona" (person of the year), y sobre todo en inglés "manifestante" se dice protester. Hay una diferencia de matiz sugerente en términos de traducción. ¿Es lo mismo manifestarse que protestar? ¿Qué formas de protesta serían admisibles en una democracia? El norteamericano H. D. Thoreau (1817-1862) fue de los primeros en reflexionar sobre el asunto. ¿Qué piensas tú?

viernes, 11 de noviembre de 2011

¿Por qué tanto interés en que vayamos a votar?


No sólo los políticos, también mucha gente desencantada con la política, nos pide que votemos: que votemos a los que seguramente ganarán, a los que podrían ganar si les votáramos, en blanco, en nulo, pero que votemos. No hago la pregunta porque defienda no votar, o votar en blanco, sino para que pensemos respuestas. Quiero llamar la atención sobre que el voto, entre otras cosas, tiene la función de legitimar al Estado. Decía el deán de la Catedrál de St. Paul, W. R. Inge, famoso por su ingenio que "a man may build himself a throne of bayonets, but he cannot sit on it" (con bayonetas podríamos construirnos un trono, pero no podríamos sentarnos en él). John Locke, en el capítulo VIII de su Second Treatise of Government (1690), puso las bases de la teoría de que, cuando votamos, expresamos nuestro consentimiento al gobierno que salga elegido, y así nos obligamos a no rebelarnos contra las leyes que establezca. Pero, ¿realmente votar da para tanto como decía Locke? Unas frases suyas al respecto son:

And thus every man, by consenting with others to make one body politic under one government, puts himself under an obligation to every one of that society to submit to the determination of the majority, and to be concluded by it (J. Locke, Second Treatise of Government, Nueva York, Yale University Press, 2003, p. 142)

sábado, 24 de septiembre de 2011

¡¿UNIVERSIDADES FEMENINAS?!



Bienvenidos un curso más a este blog que, con el paso de los años, va camino de hacerse responsable. Todas las opiniones, si son razonadas, son bienvenidas. Aunque no sean razonables.

Empezaremos por un asunto de coeducación y género ("coed/single-ed and gender equality").“Co-educación” significa no separar a mujeres y varones en los centros educativos. Muchos profesoras creemos que, más allá de esto, se trata de que ni en las aulas ni en los campus se reproduzcan las relaciones de poder que alimentan el machismo y la discriminación sexual. En España un debate recurrente es el tratamiento que deben tener los colegios “no mixtos”. En nuestro país hay colegios, pero no universidades “sólo para mujeres” o “sólo para hombres”. En Estados Unidos e Inglaterra surgieron en la primera mitad del S. XIX universidades especiales para mujeres. Se trató de una solución de compromiso: no se les permitía el acceso a las universidades convencionales pero se pretendían que tuvieran una educación seria, más allá de las habilidades necesarias para encontrar un buen marido. Una de esas universidades es el norteamericano Wellesley College, donde transcurre la película La sonrisa de Mona Lisa. Nuestra Facultad tiene un convenio con este college, y con otros también exclusivamente femeninos como Smith College y Mount Holyoke College.

En los años cincuenta, cuando transcurre la historia de La sonrisa de Mona Lisa, los países occidentales estaban llenos de prejuicios sexistas, pero hoy podríamos preguntarnos qué sentido tienen estas universidades femeninas. Lo sorprendente es que Hillary Clinton, Madeleine Albright, Sylvia Plath y el ¡42% de las diputadas! en el Congreso de Estados Unidos han estudiado en centros de este tipo (que son sólo el 3% de las universidades norteamericanas). Sus resultados son, por tanto, extraordinarios. Las defensoras de este tipo de centros dicen que, al no haber varones, las mujeres desarrollan cualidades de liderazgo y cooperación que no se consiguen mediante la co-educación…
Y ahora viene la pregunta. En 1982 un hombre solicitó ser admitido en la prestigiosa Escuela de Enfermería de la Mississipi University for Women. La universidad le rechazó, y el recurrió a los tribunales: ¿qué creéis que pasó? ¿cuál creéis que, en todo caso, debería haber sido la decisión de los tribunales?

lunes, 9 de mayo de 2011

¿SOMOS CULPABLES POR LO QUE VEMOS?


Suponiendo que fuera justo o inevitable (¿es en este caso lo mismo?), lo que Hillary Clinton vio, ¿su gesto la hace en algún sentido culpable o por el contrario en cierto sentido la disculpa?

martes, 26 de abril de 2011

Madres de alquiler



Podía haber puesto una imagen del hijo de Elton John y su pareja David Furnish, pero he optado por otras que apelan también a los sentimientos. Son imágenes del documental sin diálogos "Bebés", del francés Thomas Balmès (http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/20/cultura/1303266566.html)

Tanto El País como El Mundo han coincidido en informar de este estreno junto con el de la aparición del libro de la también francesa, feminista y filósofa Elizabeth Bandinter titulado "La mujer y la madre"


Parece ser que estas obras sugieren el debate de hasta qué punto la maternidad es algo natural o social. Con esta cuestión de fondo, la pregunta es más concreta, pues se refiere a una nueva forma de maternidad que permite la paternidad incluso a varones homosexuales. Me refiero a las "madres de alquiler" o "madres sustitutas": ¿debería legalizarse en nuestro país un tipo de contrato que permitiera vender o ceder la gestación? ¿en qué condiciones, en qué supuestos?

lunes, 21 de marzo de 2011

¿Es conveniente engañar al pueblo?



La palabra japonesa "tatemae" significa algo así como "pensamientos expresados en público de forma que no ofendan a los demás". Se trata de un asunto de cortesía, tema de la anterior entrada. Es posible que el exceso japonés de "tatemae", el rechazo por educación a decir la verdad a la cara, haya influido en una falta de control ciudadano que podría haber evitado malas prácticas de su gobierno y de empresas nucleares (ver http://www.elpais.com/articulo/internacional/verdad/descortes/elpepuint/20110316elpepiint_7/Tes)

Por otra parte, no siempre se debe decir la verdad porque a veces haciéndolo conseguimos justo lo contrario de lo que pretendemos diciendo la verdad. Pero claro, cuándo esta "mentirijilla" esté justificada es lo difícil de averiguar. En 1778 la Real Academia de Ciencias de Berlín hizo un concurso de ensayo con el siguiente tema: ¿es conveniente engañar al pueblo? Quizás, al menos en una democracia, no sea cuestión de engañar, sino de qué decir y cómo decirlo. Pero de nuevo la frontera entre la política y la ética no está clara. J. S. Mill fue parlamentario entre 1865 y 1868. Cuando se presentó a la re-elección no fue eligido. William Malleson, su «jefe de campaña», declaró en el Times que el público no había sabido apreciar «la férrea independencia que le había conducido a actuar y escribir tal como hubiera hecho de no haber sido candidato». ¿Deberíamos pedirle esto último a todos lo pólíticos?

viernes, 11 de febrero de 2011

ÉTICA Y BUENAS MANERAS




Decía Rabelais en Gargantúa y Pantagruel que la gente honrada no necesita normas, o sólo ésta: "Haced lo que queráis". ¿Y la gente educada? Quiero decir: ¿si eres educado eres buena persona? ¿si eres buena persona tienes que ser educado? La ilustración (que es una pista de lo que ahora pienso) es una ilustración de Las amistades peligrosas, novela de Choderlos de Laclos.

EUTANASIA Y SUICIDIO CUANDO LA VIDA ES ETERNA




Tras un tiempo, demasiado, sin renovar las entradas, el comienzo del cuatrimestre debe darnos ánimos para proseguir nuestro flujo de conversación que debe ser, como recomendaba Hume en las personas educadas, sin interrupción, sin vehemencia, sin ansias de victoria ni aires de superioridad. Por eso pongo dos entradas simultáneamente (según las etiquetas, una para unos y otra para otros, pero podéis participar donde queráis).

Enrique Jardiel Poncela escribió en 1936 una comedia llamada "Cuatro corazones con freno y marcha atrás" (http://es.wikipedia.org/wiki/Cuatro_corazones_con_freno_y_marcha_atr%C3%A1s). Los protagonistas consiguen el elixir de la vida, pero hartos de no envejecer deciden darles más salsa a su vida eterna (o, mejor, eviterna), "decreciendo", haciéndose cada día más jóvenes, hasta llegar finalmente a ser bebés y, quizá, morir así al revés, quiero decir volviendo a la nada por la puerta en que entramos desde ella (el nacimiento), en lugar de por la que salimos (la muerte). Jardiel plantea así una ingeniosa consideración de la finitud humana, conectado la muerte con el nacimiento como dos caras de una misma moneda. La inmortalidad ha sido siempre vista como una imposibilidad metafísica, no técnica, quiero decir algo que sólo la divinidad podría otorgar, pero que siempre había de quedar fuera del alcance humano. Sin embargo, aunque todavía estemos en el terreno del a ciencia ficción, la inmortalidad podría ser una posibilidad técnica, dejando por tanto de ser una imposibilidad metafísica. La neurociencia y la ingeniería genética podrían alargar indefinidamente la edad de jubilación definitiva (quiero decir, la muerte). Que yo sepa fue Hans Jonas quien por primera vez planteó el asunto desde un punto de vista filósofico en su El principio de responsabilidad de 1979.

Un alumno de mis clases de máster sugirió el problema que se plantearía si, en una situación hipótetica de un "aplazamiento indefinido y voluntario de la muerte", alguien decidiera suicidarse. Considera que esto supondría nuevas interpretaciones sobre el significado de la vida, nuevos modos de vida, que nacería nuevas espiritualidades e incluso que los principios y teorías éticas evolucionarían con las nuevas teorías de la vida...