domingo, 19 de septiembre de 2010

PARA ABRIR BOCA


Recientemente, dicen los periódicos, el cocinero Ferrán Adrià ha sido contratado por la Universidad de Harvard (ver p. ej. http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/08/cultura/1283924243.html).


Fundada en 1639, la Universidad de Harvard es la más antigua de los Estados Unidos, y una de las más prestigiosas del mundo. La primera tesis de filosofía leída en Harvard fue en 1878, cuando uno de los fundadores de la moderna psicología, Stanley Hall, se doctoró con una tesis llamada "La percepción muscular del espacio", donde una categoría kantiana se explicaba fisiológicamente. Desde entonces por Harvard han pasado filósofos extraordinarios como W. James, G. Santayana, W. O. Quine o J. Rawls entre otros. Pero la cuestión no es la filosofía en Harvard, sino qué debe enseñarse en Harvard, y qué debe enseñarse en la universidad en general. La noticia sobre Adrià en Harvard hay que vincularla con la escandalosa dotación de 7.000.000 € (1.164.800.000 Ptas) para la creación del Basque Culinary Center Fundazioa (ver BOE: http://www.boe.es/boe/dias/2009/10/31/pdfs/BOE-A-2009-17246.pdf) cuyo profesorado lo integrarán los cocineros de élite que todos conocemos (Adrià incluido) Cuando estas cantidades se destinan a la enseñanza de la cocina, el destino del currículo tradicional de las universidades, y desde luego el de las facultades humanísticas, se tambalea ¿no? Así pues, ¿qué debe enseñarse en las universidades?