domingo, 18 de noviembre de 2007

NO HAY CLASE EL LUNES

Lamento comunicarles con tan poca antelación que este lunes no hay clase. Como saben, un investigador del Departamento, Manuel Bermúdez, me sustituiría, pero motivos de última hora le impedirán asistir. Recuperaremos la clase en un horario factible para todos. Les pido disculpas.

Hasta el martes

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Propongo que en ausencia de Rafael reflexionemos sobre este texto:

VIDA LÍQUIDA.

ZYGMUNT. BAUMAN

Los Residuos que produce el exacerbado consumo.
Los objetos de consumo tienen una limitada esperanza de vida útil en cuanto sobrepasan ese límite, dejan de ser aptos para el consumo.
Lo importante es su condición de “aptitud para el consumo” cuando ya no son aptos, cuando dejan de ser aptos en absoluto: son inútiles, deben ser retirados del ESCENARIO de la VIDA de CONSUMO. Es decir, generamos así multitud de residuos. Residuos destinados a la biodegradación, incinerados, confiados a las empresas de eliminación de residuos.
En el momento de desaparecer del Escenario de la vida de Consumo se hace sitio en él a “nuevos objetos de consumo” aún por usar.
Los desechos, los residuos se convierten en el producto básico y más abundante de la sociedad de consumo.
De forma que podríamos calificar que entre las industrias de la sociedad de consumo la de producción de residuos es la más grande y también la más inmune a la crisis.
La eliminación de residuos es, por tanto, uno de los principales retos que la “vida líquida” ha de afrontar y ahondar.
En un mundo repleto de consumidores y de los objetos de consumo, la vida vacila entre las alegrías del consumo y los horrores del montón de basura.

Anónimo dijo...

Bueno Raquel contesto a esto con una frase de Tyler Durden, prota del Club de la Lucha, película y libro que recomiendo a todos.

"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados."

Todo es consumo y si deja de serlo deja de existir, deja de tener importancia. Todo es procesado y desechado por la máquina trituradora que es este mundo.
Las cosas, y como cosas me refiero tanto materiales como espirituales, llegan hecha papilla, masticadas, "estandarizadas" después de ser absorbidas por el consumo.
La originalidad global ha muerto quizás al mismo tiempo que la historia y la filosofía (espero que la individual no).

Anónimo dijo...

Rocío Alamillos Álvarez.

Me parece un texto muy ocurrente para complementar lo que estamos viendo en clase;al relativismo le sumamos esta "vida líquida". Leyendo este texto se me ocurren dos aportaciones. En la primera me planteo si en esta vida donde los grandes metarrelatos han muerto, o eso parece quedar claro en multitud de estudios contemporáneos, y donde como mucho ascendemos a ver en los derechos humanos un posible absoluto que sí que toda la humanidad parece aceptar, o al menos una inmensa mayoría, ¿quizás sería el consumismo nuestro segundo gran absoluto en esta época posmoderna?. Debemos matizar que aquí el consumismo, obviamente se restringiría a todos aquellos países con cierto nivel económico; Occidente sería el gran ejemplo. El consumismo es quizás uno de los fines en nuestra vida, poder vivir cada vez con más lujo y tecnologías más actuales. De hecho aunque no todo el mundo tuviese poder adquisitivo como para conseguirlo, el mero hecho de ser el horizonte de nuestra vida cotidiana es digno de hacernos reflexionar sobre hasta qué punto se ha convertido en nuestro absoluto; hasta qué punto le da sentido a nuestra vida.

En segundo lugar me gustaría romper una lanza en favor de todo aquello que se encuentra al otro lado del consumismo. Es cierto que la sociedad actual no es una sociedad que se preocupe en exceso por la cultura y se ha convertido en una máquina que pide resultados prácticos a corto plazo, no nos contentamos con los beneficios a largo plazo, y el más claro ejemplo lo encontramos en las aulas de Humanidades, Filologías, Arte y todas las letras en general, donde apenas se matriculan alumnos,no obstante no podemos obviar que la necesidad del ser humano de cultivar su espiritualidad nunca conseguirá apagarse y ahí tenemos el apogeo del turismo cultural en la actualidad o la necesidad de homogeneizar los estudios a nivel europeo para propiciar un intercambio cultural sin precedentes. En síntesis, estos ejemplos nos demuestran que aunque estemos en la época de la velocidad, la novedad y el consumo, siempre queda espacio para el cultivo espiritual incluso en tiempos de crisis.

Anónimo dijo...

En ecología, la condición cíclica de los procesos naturales es un principio importante. Como sistema abierto, todos los organismos de un ecosistema producen desechos, pero, lo que es resíduo para una especie constituye alimento para otra, así pues, el sistema como un todo no produce desperdicios.
Uno de los principales conflictos entre economía y ecología, procede de que la naturaleza es cíclica mientras que nuestro sistema productivo es lineal. Las fábricas absorben recursos, los transforman en productos y desperdicio, y venden esos productos a los consumidores, que a su vez producen más desperdicios al usarlos. Para que fueran sostenibles habría que imitar a los procesos naturales haciendo cíclicos los patrones de producción y de consumo.

Luis P. Lastra

Rafael Cejudo Córdoba dijo...

Tema y reflexiones muy interesantes. ¡Quizás sea mejor que no venga a clase! J. Bentham dispuso que a su muerte su momia presidiera las reuniones de las asambleas de la universidad que fundó, el University College de Londres: es gratificante que mi ausencia sea inspiradora.
Bueno, estupenda la línea que abre Luis, que me interesa aplicada al tema de la cultura. Sobre el asunto recomiendo la lectura del libro de V. Verdú, "El estilo del mundo" donde dice, por ejemplo,: "El presente vive una compulsión con el reciclaje como no se ha conocido nunca. Reciclaje del sexo en sus travestismos, reciclaje del conocimiento en la formación profesional, reciclaje de la diferencia en la igualación cultural, reciclaje de los márgenes por su adhesión al sistema" (p. 71). Habla en este pasaje de la empresa y la marca FREITAG, de Suiza. Yo estuve este verano en su tienda matriz de Zurich (pongo una foto en entrada aparte): venden muy caros bolsos exclusivos, únicos, no hay dos iguales, simplemente porque son viejos. Esto es, están hechos con materiales viejos. Son viejos, pero la marca FREITAG les hace renacer. Porque quizás todas las pieles, también la humana, pueden encontrar un paródico renacimiento si se dispone de suficiente billetera. ¿Te referías a esto Luis?