
No hace mucho hablamos sobre la tensión entre escepticismo y utopía. La palabra “utopía” fue inventada por el humanista inglés Tomás Moro (Thomas More) quien en 1516 publicó una obra con ese nombre. Se trata de la narración de un viaje imaginario a la isla homónima (la isla “de ninguna parte”, eso viene a significar “utopia” en griego), donde se han logrado un gobierno y una organización social perfectos. Especialmente durante el S. XIX y gran parte del S. XX, las utopías, como proyectos de sociedades y gobiernos ideales, han tenido importancia en el pensamiento político de izquierdas. Hoy asistimos a un “agotamiento de las energías utópicas” (J. Habermas). Algunos de vosotros expresasteis en clase vuestra confianza en que internet puede ser un nuevo ámbito para la utopía (4.150.000 resultados en Google/español). Los alemanes J. Habermas y K. O. Apel han defendido que mediante la comunicación libre podría llegarse (o al menos pensarse) una utópica sociedad de personas libres. ¿Y qué mejor medio de comunicación libre que internet? Pero no está mal un poco de escepticismo. Facebook o Twitter están llenos de verdaderas maravillas… y “señoras que”. Así que , ¿de verdad alguien nos escucha? Eso es lo que he pensado viendo este vídeo sobre la obra que el artista y graffitero (¿quitamos el “y”) Suso33 ha presentado en ARCO. Con ella pretende dar voz a la gente pero, ¿realmente hoy se nos puede oír? (la imagen también es de Suso33)
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/17/cultura/1266419965.html