lunes, 25 de febrero de 2008

EXAMEN DE FILOSOFÍA, DÍA 4/3/08

A continuación se proponen tres textos, de los cuales hay que preparar dos. No se trata de hacer un comentario de los mismos, no es necesario analizar su estructura, argumentos, vocabulario, etc. Lo anterior no sería incorrecto, pero sí insuficiente. Por el contrario, se trata de explicar y desarrollar el tema que cada uno de ellos propone según los contenidos del programa que son el objeto del examen. Durante el examen no se permitirá usar ningún material. Deberá identificarse claramente en el mismo la bibliografía utilizada.


TEXTO 1.
“Es, por consiguiente, una crítica inepta la que a menudo se hace a Berkeley y a Hume de que desdeñaron la vaguedad de las ideas, aunque casi toda idea humana sea escandalosamente vaga. No; su intuición de las ideas, al menos en un principio, era completamente directa y honesta. La ambigüedad que desdeñaban estaba en la relación de las ideas con las cosas físicas, relación que deseaban reducir a grupos o series de esas ideas transparentes –una física quimérica--. Si se hubieran abstenido por completo de identificar las ideas con los objetos del conocimiento natural (hechos y acontecimientos) y de tratar de construir cosas materiales de imágenes ópticas y táctiles, hubieran enriquecido mucho la filosofía de la realidad aparente, y hubieran discernido el inocente reino de las ideas en forma tan directa como lo hizo Platón, pero más exactamente. En esto no debieran haber confundido o minado la fe en las cosas naturales. La percepción es fe; una mayor percepción puede extender esta fe o reformarla, pero no puede retractarla excepto por falacia”.

TEXTO 2.
“La incondicionada necesidad que nos hace falta de modo tan indispensable como último apoyo de todas las cosas constituye el verdadero abismo de la razón humana. La misma eternidad está muy lejos de producir en nuestro ánimo tanta impresión de vértigo. En efecto, la eternidad se limita a medir la duración de las cosas, pero no las sostiene. No podemos ni evitar ni soportar el pensamiento de que un ser que nos representamos como supremo entre todos los posibles se diga a sí mismo en cierto modo: --Existo de eternidad en eternidad; nada hay fuera de mí, excepto lo que algo es por voluntad mía, pero ¿de dónde procedo yo?-- Aquí no encontramos suelo firme; la mayor perfección, así como la más pequeña, flota en el aire sin apoyo ninguno frente a la razón especulativa, a la que nada cuesta hacer desaparecer, sin el menor obstáculo, tanto la una como la otra”.

TEXTO 3.
“La teoría del conocimiento se inspira en el modelo de lo que se supone que ocurre en el acto de visión. El objeto refracta la luz y es visto; si se tiene un instrumento óptico pueden notar un cambio el ojo y la persona, pero no la cosa vista. El objeto real es el objeto tan fijo en su regio distanciamiento que es un rey para cualquier mente que pueda poner en él la mirada. El resultado inevitable es una teoría espectadora del conocimiento”.

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